El rescate bancario no cesa. Una vez más será la ciudadanía la que tenga que pagar los descalabros de las entidades financieras y sus directivos, sufriendo recortes de derechos y servicios sociales para que el dinero público se destine a salvar a los causantes de la estafa a la que han llamado crisis.
Esta vez le toca el turno a Bankia, el gigante bancario español generado por la fusión de Cajamadrid y Bancaja, entidades a través de las cuales los gobiernos autonómicos del PP de la Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana han llevado a cabo las megalomaniacas inversiones que han provocado uno de los mayores agujeros económicos de España, agujero que será tapado, de nuevo, con el dinero de los contribuyentes, socializando las pérdidas pero jamás los beneficios.
Los motivos para la intervención en Bankia se fundamentan en las dudas que presenta el banco debido a su gran tamaño, su alta exposición inmobiliaria y su morosidad. La cantidad que se inyectará a Bankia oscilará entre los 7.000 y los 10.000 millones de euros, cifra escandalosamente parecida a la que el Gobierno ha recortado en Sanidad y en Educación.
Se plantea que la inyección de capital se realice a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), que compraría bonos contingentes convertibles -también llamados “CoCos”- emitidos por Bankia. Para poder realizar esta gestión, en principio destinada sólo a entidades en fase de fusión, sería necesario realizar cambios legislativos que lo permitieran y que irían en la línea de lo ya planteado por el FMI (Fondo Monetario Internacional) en su informe de la pasada semana. En este mismo informe, el FMI también señalaba la necesidad de realizar cambios en el gobierno corporativo de Bankia para mejorar su gestión.
Como consecuencia, Rodrigo Rato, antiguo ministro de Economía del gobierno de Aznar y siempre vinculado al PP, ha presentado esta mañana su dimisión como presidente de Bankia, señalando como sucesor a José Ignacio Goirigolzarri, quien ha sido hasta ahora exconsejero delegado del BBVA.
El anuncio de la intención de rescate de Bankia, junto a la dimisión de su presidente, que había estado defendiendo en solitario la viabilidad de la entidad, ha provocado una sacudida en Bolsa que ha hecho caer las acciones del banco.
Rajoy no descarta nuevos rescates de otras entidades bancarias además de Bankia.