EL SUICIDIO: LA PROTESTA GLOBAL SILENCIOSA


17 de diciembre de 2010 – Túnez. Mohamed Bouazizi. 26 años. Vendedor ambulante. Quemado a lo bonzo ante la sede del Gobierno Provincial en protesta tras haber intentado sin éxito presentar una queja contra la policía, que le había quitado su carro de trabajo por no tener un permiso para su negocio. Fue uno de los motivos detonantes de la Primavera Árabe de 2011.

4 de abril de 2012 – Grecia. Dimitris Christoulas. 77 años. Farmacéutico jubilado. Tiro en la sien frente al Parlamento griego. Dejó una nota de suicidio en la que acusaba al Gobierno de su muerte: “Soy jubilado. No puedo vivir en estas condiciones. Me niego a buscar comida en la basura”. Provocó oleadas de manifestaciones y disturbios en Atenas y volvió a levantar el movimiento de los aganaktismeni (los indignados griegos).

14 de julio de 2012 – Israel. Moshe Silman. 58 años. Transportista arruinado. Quemado a lo bonzo durante una manifestación de los indignados israelíes. Durante la marcha hizo circular fotocopias en las que responsabilizaba al Estado de Israel de su situación: “El Estado de Israel me ha robado. Me ha dejado sin nada […]. Culpo al Estado de Israel, Bibi Netanyahu y Steinitz (ministro de Finanzas), bastardos, por las humillaciones que los ciudadanos débiles tenemos que sufrir a diario, por quitárselo a los pobres y dárselo a los ricos y a los empleados del Gobierno. […] no tengo dinero para medicinas ni para el alquiler y apenas puedo empezar el mes después de haber pagado millones en impuestos. No voy a ser un sin techo. Por eso protesto, contra todas las injusticias cometidas por el Estado a mí y a gente como yo”.

11 de agosto de 2012 – Italia. Angelo Di Carlo. 54 años. Obrero de la construcción desempleado. Quemado a lo bonzo frente al Congreso de los Diputados en Roma. Escribió una carta de despedida a su hijo en la que le dejaba una herencia de 160 euros. El mismo día que murió Di Carlo, el 19 de agosto, otro desempleado de 48 años se pegaba fuego en un descampado de Turín, en su casa se encontró la nota de suicidio que refería la angustia de su situación por no encontrar trabajo.

15 de septiembre de 2012 – Portugal. Un joven de 28 años se quemó a lo bonzo en Aveiro, durante la jornada de las masivas manifestaciones en el país, e intentó irrumpir en el edificio del Gobierno Civil local  en protesta contra las medidas de austeridad.

25 de octubre de 2012 – España. José Miguel Domingo. 54 años. Librero. Ahorcado en su domicilio una hora antes de que una comisión judicial se personara para efectuar el embargo de la casa y del local donde tenía instalada su pequeña librería-papelería, ante la imposibilidad de hacer frente a los pagos de la hipoteca. El mismo día, Manuel G. B. se arrojó desde el balcón de su piso en Burjassot ante la comisión judicial y el policía que pretendían desahuciarle. Por el mismo motivo, dos días antes, en Gran Canaria, un joven de 23 años se suicidó arrojándose por un puente tras perder su empleo y haberle sido notificado el alzamiento de su casa.

Es sólo una lista breve, un puñadito de nombres que en algún momento han salpicado, fugazmente, las páginas de los diarios en los últimos meses, pero no son los únicos. Estos nombres tan sólo encabezan una manifestación silenciosa, tras ellos marchan las miles y miles de víctimas anónimas que ya se ha cobrado esta estafa a la que han llamado crisis, una marcha negra de la que, lamentablemente, aún habremos de ver engrosar sus filas.

Christoulas o Silman hicieron de su muerte una herramienta de protesta, dejaron testimonio escrito inculpando directamente a sus gobiernos asesinos, otros señalaron a sus verdugos de modo inequívoco inmolándose frente a sus sedes, y otros tantos expusieron los motivos en sus notas de despedida para sus seres queridos: las deudas, los desahucios, la pérdida del trabajo, de la pensión, la imposibilidad para lograr vivir dignamente, el desamparo…, todos fruto de las decisiones políticas de sus gobiernos. Pero la gran mayoría muere sin palabras, a solas en el interior de sus viviendas o ya no suyas sino del banco. Muertes domésticas que no trascienden a los medios.

El suicidio se silencia, es tabú: lo que no se comenta, no existe. Pero sí existe, está ahí y es escalofriante el aumento de los casos en los últimos meses. En menos de un año Grecia pasó de ser el país con el más bajo índice de suicidio de Europa a duplicar su porcentaje, pasando a ser el país con mayor número de muertes autoinfligidas. En Italia los suicidios «de la crisis» se suceden a un ritmo de dos o tres al día, pequeños empresarios que ven desmoronarse sus negocios o desempleados que no encuentran alternativa alguna a la mendicidad. En España no hay cifras oficiales desde 2010, año en el que, según el INE, 3.145 personas se quitaron la vida en todo el Estado. Se estima que más de un tercio de las muertes debidas a suicidio tienen su origen en problemas económicos, porcentaje que muy posiblemente se haya elevado ahora debido al empobrecimiento de la población. Haciendo números con los datos de hace dos años, tres o cuatro personas se suicidarían cada día por motivos económicos; si consideramos que España sigue los pasos de Grecia, país donde se duplicaron las muertes en un año, probablemente estemos hablando de más de seis personas al día víctimas de la situación de miseria generada por la deuda de la banca.

Grecia, Italia, Portugal, España… No es un problema local, es un suicidio colectivo que trasciende fronteras, en el que las víctimas no se conocen las unas a las otras pero que comparten motivos y suerte, y también culpables. Es, en realidad, un genocidio perpetrado a distancia por una minoría adinerada que se pertrecha tras las grandes entidades bancarias y las multinacionales en connivencia con los gobiernos locales. Pero el silencio de la sociedad también mata y éste es un asesinato global.

1 comentario

  1. He decidido iniciar un blog con la intención de crear una lista de sucesos consumados ocasionados directamente por la crisis. Con la última semana en la que ha habido dos suicidios consumados y un intento en tan sólo 3 días, es un drama que no puede esconderse. El blog se llama «Los desahucios matan» y esta es la dirección http://cort.as/2h-h No creo que pueda hacer gran cosa sin ayuda, he dedicado varios días a buscar en la Web casos anteriores en este 2012, apenas he encontrado 9 casos, y sin duda serán muchos más. Se agradecerá cualquier aportación que pueda retratar esta realidad de una forma más real. Saludos y gracias.

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