5000 alumnos podrían ser expulsados de la Universidad Pública por no pagar la matrícula

La falta de liquidez en muchos hogares valencianos y la elevada subida de las tasas académicas se han conjurado este curso 2012-13. Por primera vez, un diez por ciento de los recibos para el cobro de la matrícula está siendo devuelto por los bancos a la Universitat de València ante la carencia de fondos en las cuentas de estos casi 5.000 alumnos, informó a Levante-EMV un miembro del equipo rectoral. Similar situación se está observando en la Politècnica (UPV) aunque no tendrán datos concretos hasta enero, según indicaron el viernes.

El protocolo está establecido. Ante un segundo recibo no cobrado, la secretaria de la facultad pertinente procederá a anular la matrícula de los alumnos que no pueden pagar porque así lo contempla el decreto legislativo que refunde la Ley de Tasas de la Generalitat.

«Cuando hay devolución de tasas hacemos un segundo intento y si sigue estando incobrado lo remitimos a la secretaria para que haga una gestión», indicaron estas fuentes oficiales de la Universitat, que apuntan que otros años «no ha habido tantas incidencias como éste». «Lo estamos mirando por primera vez. Pero la ley dice que hay que anular la matrícula y no podemos hacer otra cosa. No hay mecanismo y sería de muy difícil gestión», añaden.
Las consecuencias para los alumnos morosos bien por impago de la matrícula o por alguno de los plazos, en el caso del fraccionado, conllevará la anulación de la matrícula, sin derecho a reintegro de las cantidades que se hayan abonado. En este caso, la matrícula será anulada de oficio, indica la Universitat en información que facilita a los estudiantes. En el aspecto académico, el alumno perderá las calificaciones que haya podido obtener.

Si se ha hecho efectivo el pago del importe de la matrícula fuera del pazo o no se le ha podido hacer el cargo bancario en los plazos por su causa, tendrán que abonar los gastos de gestión además de los intereses bancarios. Las bajas por impago en la UPV están más reguladas. Comprobada que no se ha abonado total o parcialmente, la matrícula es anulada de oficio, dictándose una resolución que se comunica por correo electrónico a la cuenta institucional del alumno. Tras la notificación, la matrícula queda en estado de «baja provisional»: se le bloquean los servicios de su intranet pero puede obtener calificaciones. Si abona los derechos académicos previo a la baja definitiva, se restablece al estado normal sin consecuencias.

Los plazos para dar de baja por impago son: en el primer o único recibo, tras tres intentos de cobro, la fecha máxima es el 15 de diciembre; en segundo recibo, el 15 de marzo, y si son dos por mensualidades, a 15 de diciembre. Finalizado el curso, todas las matrículas impagadas en estado de baja provisional pasan a abaja definitiva. Llegado a este extremo, salvo excepciones, no procederá el restablecimiento de la matrícula, aunque se haya realizado su pago con posterioridad. Al curso siguiente se le aplica el incremento de pago como segunda matrícula.

Entre otros tantos aspectos, el estudiante pierde las calificaciones, reconocimientos o adaptaciones obtenidos durante ese curso, además de la revocación de la beca, si la hubiera solicitado.

Pendientes de las becas

La matrícula del curso 2012-13 se debe abonar por domiciliación en cualquier banco o caja. En el caso de la UV, se puede realizar un único pago, a finales de octubre de este año; en dos plazos: octubre y enero, o fraccionado en seis meses.

Mientras, en la Politècnica está el pago fraccionado de ocho meses al que se han acogido unos 8.000 alumnos de los más de 30.000 matriculados; otros 12.000 están pendientes de conocer sí han obtenido beca, por lo que no han abonado aun las tasas, si tuvieran que hacerlo, y otro 4.500 al aplazado. Para el curso próximo, se podrá fraccionar estos pagos hasta en diez mensualidades, según acuerdo de los rectorados con el director general de Universidades, José Miguel Saval.

Al finalizar el curso pasado, la Jaume I de Castelló ya evidenció la tendencia al comprobar que la morosidad del alumnado había pasado de un 2% a un 6,5 %, afectando a unos 850 jóvenes. Para la universidad supuso un «impacto negativo» de 723.472 euros en su presupuesto al dejar de ingresar esta cantidad en concepto de tasas.
Ésta es una de las muchas consecuencias de la subida de tasas del 33 %. Y pese a que el director general argumenta que el 75 % de los estudiantes no se presentan a todos los exámenes, lo cierto es que habiendo los mismos alumnos, éstos han optado por reducir un 10 % el número de créditos matriculados.

El decreto establece la anulación automática

La anulación de la matrícula por impago está recogida en el artículo 151 del capítulo que establece los precios públicos por servicios académicos universitarios del decreto legislativo que refunde la Ley de Tasas de la Generalitat. Este artículo señala, textualmente: «La falta de pago, total o parcial, en tiempo y forma, de la tasa comportara la anulación automática de la correspondiente matrícula, sin derecho al reintegro de las cantidades que, en su caso, se hubiesen satisfecho».

Según contempla, la tasa se devengará, en el caso de servicios académicos, en el momento en que comience la prestación de servicio, es decir, al inicio del curso correspondiente. Su pago se exigirá por anticipado.
FUENTE:MAITE DUCAJÚ