SNC-Lavalin, la empresa canadiense elegida por la Generalitat para gestionar durante 25 años el aeropuerto de Castellón, no puede optar durante 10 años a ningún proyecto auspiciado por el Banco Mundial, una institución dependiente de Naciones Unidas dedicada a combatir la pobreza extrema.
SNC-Lavalin es una multinacional con cientos de subsidiarias con intereses, básicamente, en el terreno de las infraestructuras y la ingeniería. Fue inhabilitada o vetada tras una investigación desarrollada por el Banco Mundial en compañía de la policía canadiense, que llegó a registrar la sede de la compañía en Toronto.
Las pesquisas determinaron que la sociedad estuvo involucrada en el pago de sobornos a funcionarios y la presentación de ofertas que no se ajustaban a lo que realmente se hacía o se iba a hacer (“misrepresentations”, en el texto en inglés). Concretamente, la investigación del Banco Mundial se centró en un proyecto de casi 3.000 millones de dólares, el puente sobre un río de Bangladesh, el Padma, que conectará dos regiones del país asiático.
Tras la investigación, el Banco Mundial incluyó a SNC-Lavalin y 114 de sus afiliadas en su lista negra, las compañías que no pueden participar en proyectos de la organización. El veto a la compañía canadiense fue acordado con ésta, que se comprometió a tomar medidas para asegurar que la ética primaba en sus negocios.
SNC-Lavalin, de confirmarse la adjudicación, gestionará en Castellón su segundo aeropuerto. La compañía tiene oficinas en 40 países y desarrolla proyectos en alrededor de 100. Su propuesta ha sido elegida frente a la del consorcio del que formaba parte, entre empresas de varios países, Marina d’Or, la famosa ciudad de vacaciones.
En cualquier caso, la fecha de apertura del aeropuerto más absurdamente famoso de España es aún una incógnita. Fue inaugurado hace casi tres años, en marzo de 2011, antes de las últimas elecciones autonómicas y municipales.
Autor: Voro Maroto, eldiario.es