La seguridad de la entidad corre a cargo de la empresa Securitas.
Una trabajadora de seguridad de la oficina de Bankia , en Santa Pola, mordió ayer a dos activistas de la plataforma de afectados por la hipoteca Stop Desahucios cuando se disponían a entrar en esta entidad, según denunció el colectivo.
Los hechos ocurrieron en la mañana de ayer cuando integrantes de la plataforma procedentes desde Valencia, Marina Alta y Vega Baja irrumpieron en las instalaciones de Bankia para pedir la dimisión del interlocutor -además de ser el director provincial de la entidad en Levante y Murcia-, Abel Gómez, «porque no está dando soluciones a los problemas de los afectados por la hipoteca», explicó a EL MUNDO Celeste, miembro del colectivo en Alicante. «No entramos todos a la oficina, sólo unos pocos, y una señora de seguridad se extralimitó en sus funciones y mordió a dos compañeros», afirmó.
En total se reunieron 250 personas, según Celeste, y estuvieron a las puertas de la oficina durante toda la mañana con el objetivo de «presionar» a Bankia para que cambiarán a su mediador. Finalmente consiguieron que Gómez, quien se encontraba en el local de Bankia del municipio, dimitiera y anunciara que en dos semanas nombrarían a alguien en su lugar para negociar con Stop Desahucios y dar soluciones a los afectados.
La acción estaba prevista y consesuada con la Guardia Civil, quienes se «mostraron ejemplares en el intento de mediar con los allí presentes», aclaró Celeste. «Los compañeros también estuvieron geniales e hicieron un gran esfuerzo viniendo hasta Santa Pola desde numerosos puntos de la provincia e incluso de Valencia», añadió.
En las próximas semanas llevarán a cabo nuevas acciones en la ciudad de Alicante en entidades como el BBVA, la cual «no da daciones en pago sino reestructuraciones, un parche para los afectados» y en Nova Galicia «otra de las entidades que no negocia». «Seguiremos manifestándonos frente a las oficinas el tiempo que sea necesario, no podemos permitir que familias enteras se queden en la calle por no poder pagar la hipoteca».
Fuente: El Mundo