La Guardia Civil investiga a una treintena de colegios concertados de la Comunidad Valenciana por un presunto fraude en las nóminas al tener a 31 docentes de entre 69 y 83 años que podrían estar cobrando salarios por clases que no imparten. Desde el Departamento de Educación señalan que los anteriores responsables del PP “no controlaban las horas que realizaban los profesores en algunos centros concertados”.
El actual conseller de Educación, Vicent Marzà, ha afirmado que “hasta hace bien poco, parece que la conselleria pagaba a docentes de la concertada sin tener ningún comprobante ni justificación de titulaciones u horarios. La gestión de las nóminas no ha sido la más adecuada, pues la conselleria no tenía ningún control sobre las horas que realizaban los profesores de la concertada».
El titular de Educación ha confirmado que a su departamento le consta que “hay indicios de que determinadas cosas no se estaban haciendo bien”, y ha asegurado que durante la anterior Administración del PP “no se cruzaban los datos de nóminas con los horarios, por lo que había docentes que estaban en nómina pero no constaban en los horarios”.
Las irregularidades las denunció Compromís hace dos años porque le resultó extraño que hubiera docentes de 73, 80 o de 83 años dando clases a jornada completa. Su portavoz se preguntó entonces: “¿Un milagro, o los docentes religiosos están hechos de otra pasta?, en alusión a que la mayoría de los colegios investigados son católicos.
El problema reside en que un muestreo realizado para la denuncia detectó que algunos docentes estaban jubilados desde hace años y otros eran auténticos desconocidos para otros docentes de su centro educativo. Sin embargo, algunas de las congregaciones religiosas siguen cobrando las nóminas como si estuvieran en activo, cuando no lo están. Es muy posible que los implicados no lo sepan, porque quien cobra son las congregaciones para las que trabajan, según Educación.