Miguel Antonio Reguera González, más conocido como El Rambo del Bierzo, es desde hoy un hombre libre, tras ser condenado a cuatro años de prisión y no cumplir ni un sólo día de privación de libertad, por tenencia ilícita de armas, de munición de guerra y material y aparatos explosivos.
El neonazi residente en la pedanía de Quilós, en la localidad leonesa de Cacabelos, que en el año 2010 fue denunciado ante la Guardia Civil por la Plataforma Antifascista del Bierzo, tras identificarlo en varios vídeos colgados en redes sociales disparando armas de todo tipo en espacios públicos, no ha cumplido ni un sólo día de prisión por la condena impuesta por la Audiencia Provincial de León en 2015.
El Rambo del Bierzo no sólo hacía ostentación de sus armas, sino también de simbología nazi y había convertido su casa y su propio cuerpo en lugares de culto al nazismo y a su máximo exponente Adolf Hitler, donde no faltaban vídeos y música nazi que Reguero ponía a todo volumen y podía ser escuchada en todo el vecindario.
Dilación judicial
Lo que resulta sorprendente es que, tras ser detenido en abril de 2010, registrada su casa, incautado su arsenal y demás elementos incriminatorios, Reguera fue puesto a disposición judicial, pero el caso se quedó durmiendo el sueño de los justos durante cuatro años en los juzgados de Ponferrada. Mientras tanto, el neonazi imputado regresó a su vida normal en el pueblo, sin que le fueran impuestas medidas cautelares de las que se tenga conocimiento.
No sería hasta el año 2014 cuando el Juzgado de Instrucción número 1 de Ponferrada, partido judicial al que pertenece Cacabelos, en Procedimiento Ordinario, finaliza el sumario 1/2014 con una petición de 11 años de prisión por parte de la Fiscalía en abril de 2015, por los delitos de depósito de munición de guerra, otro de tenencia ilícita de armas y un tercero de tenencia de sustancias y aparatos explosivos. El trámite continuó dando traslado de la causa a la Audiencia Provincial de León para la celebración de la vista, que no tendría lugar hasta el 23 de noviembre de ese mismo año. Es decir, desde su detención hasta la celebración de la vista transcurrieron 5 años y 9 meses.
Tras la detención de Antonio Reguera los sectores más ultraconservadores de Cacabelos se manifestaron por su libertad y realizaron una recogida de firmas en su apoyo. El máximo paladín del neonazi fue Jesús Álvarez, el sacerdote de Cacabelos, de la Parroquia de la Asunción, quien fechas antes del juicio movilizó a sus feligreses con alegatos en su defensa en las misas del domingo.
El párroco es muy conocido en su pueblo porque acostumbra, desde el púlpito, a atacar sistemáticamente al gobierno municipal de izquierda que gobierna el municipio, tanto por su gestión como por sus principios ideológicos. Además, el polémico párroco, amigo del exalcalde del PP, es el delegado de la cadena COPE en Ponferrada y hombre con muchos contactos en las altas instancias del poder regional conservador a todos los niveles.
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