El presupuesto español de Defensa aumentará en un 80% en los próximos siete años según los datos oficiales, que suelen ocultar grandes partidas bajo otros epígrafes
El gasto militar en el mundo será en 2018 el más elevado desde el final de la Guerra Fría. Así lo augura el informe anual sobre presupuestos de defensa Jane’s Defence Budgets publicado por la empresa IHS Markit. De acuerdo con sus estimaciones, el conjunto de países con ejércitos dedicarán a los mismos 1,67 billones (millones de millones) de dólares, cerca de 1,38 billones de euros.
Sin embargo, el prestigioso Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) considera que estas cifras ya se habían superado en 2016, cuando calculó que alcanzaron los 1,69 billones de dólares, un 0,4 % más en términos reales que el año anterior.
De acuerdo con los datos del SIPRI, los 15 principales países inversores en armamento acapararon el 81% del total de gasto. El crecimiento de la cifra se debió principalmente al aumento de la inversión estadounidense. Tras cinco años seguidos de reducciones por la crisis económica y la retirada de tropas en Afganistán e Irak, Washington incrementó sus cifras en 2016 hasta los 611.000 millones de dólares (569.000 millones de euros) y Donald Trump no deja de proclamar que aumentar las dotaciones presupuestarias de las fuerzas armadas es una de sus prioridades.
Estados Unidos gasta lo mismo que las siguientes 14 grandes potencias armadas
Estados Unidos es el país con mayor gasto militar del mundo, con más del 40% del total global y una cifra que casi iguala a la de los otros 14 que le siguen. China, el segundo de la lista, sólo supone algo más del 8%. La Armada se lleva alrededor de un tercio, el Ejército de Tierra una cuarta parte y la Fuerza Aérea un 20%. Sólo en inteligencia militar, Washington invierte 80.000 millones de dólares anuales (casi 76.000 millones de euros). Y estas cifras no incluyen el presupuesto de la CIA (que suele rondar los 40.000 millones de dólares), ni de la NASA ni del Departamento de Energía (más de 50.000 millones los dos juntos), más de la mitad de cuyas actividades están relacionadas con la defensa.
Después del final de la desbocada carrera armamentista que dominó el planeta desde el final de la II Guerra Mundial y hasta los años 90, parecía que se entraba en una era de menor gasto militar. Pero esta tendencia se ha revertido. “Tras la caída del muro, se produjo una disminución de la conflictividad. Todo ello permitió una reducción de los gastos militares: fueron los dividendos de la paz. Sin embargo, al entrar en la segunda década del nuevo siglo, la conflictividad mundial se ha estabilizado e incluso se percibe ya un cierto incremento”, opina Federico Aznar Fernández-Montesinos, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE). “El aumento de los gastos militares refleja la mejora de las condiciones económicas en el mundo y es una respuesta a la continua inestabilidad en una serie de regiones clave”, coincide la analista principal de IHS Markit, Fenella McGerty.
Rusia reduce sus cifras
Según Jane’s Defence Budgets, al tirón en el gasto de Estados Unidos no lo ha seguido Rusia, que redujo sus presupuestos militares en 2017 por segundo año consecutivo. «El presupuesto de defensa de Rusia es ahora un 10 por ciento más bajo que su máximo de 2015 y se espera que se reduzca en un 5 por ciento en 2018”, según Craig Caffrey, coautor de este informe.
Europa oriental será la región de más rápido crecimiento armamentista, se señala en el mismo, debido a las tensas relaciones de estos países, ahora miembros de la OTAN, con Rusia. También lo hará en Oriente Medio y el Norte de África en 2017, principalmente a causa de la enorme inversión militar de Arabia Saudí, implicada en la guerra de Yemen.
El Gobierno de España se suma alegremente a la fiesta del dispendio en armas y equipos militares. El ejecutivo de Mariano Rajoy piensa incrementar el gasto militar en un 80% de aquí a 2024, según se comprometió el presidente en una carta dirigida al secretario general de la OTAN, y en estos siete años invertirá 18.000 millones de euros. España dedica a la defensa el 0,92% de su PIB, frente a países como Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Estonia y Polonia, que llegan al 2%, una cifra que la OTAN exige ahora como compromiso a todos sus miembros, y con este enorme aumento se situará alrededor del 1,5%.
España dedica al ejército 51,4 millones al día, 404 euros por habitante y año
De hecho, el aumento del gasto ya ha comenzado y las cifras reales podrían ser muy distintas de las ofrecidas por el Gobierno. Según el Centro Delàs de Estudios por la Paz (CDEP), el presupuesto de Defensa español creció en 2017 por primera vez en diez años, en un contundente 32% con respecto al de 2016.
El informe de esta institución señala que «el gasto militar español actual asciende a 18.776 millones de euros, una cantidad que representa 51,4 millones diarios y un 1,64% del PIB, muy por encima del 1% que asegura la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal», reza la presentación del documento en su web. Estas cifras suponen unos 404 euros por ciudadano cada año.
El CDEP acusa a los ministerios de Hacienda y Defensa de no incluir los 24 Programas Especiales de Armamento (PEA) por un valor de casi 17.500 millones de euros en el presupuesto de defensa. Estas partidas se financiaron mediante créditos del Tesoro Público. Así, de esta manera, el presupuesto militar oficial disminuía mientras el real aumentaba porque «sin la inclusión del pago de 1.824,47 millones de euros de los PEA este año 2017, el presupuesto de Defensa aumentaría un 0,6%».
Además, España es uno de los principales exportadores mundiales de armamento. Según la patronal del sector, la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), hay 381 empresas ligadas al sector de la defensa (en 2012 eran 393). Esta industria facturó en 2015 por valor de 7.428 millones de euros y empleó a más de 21.000 trabajadores.
Al menos 122 de estas empresas exportaron en 2015, en dos tercios del total a países de la UE y la OTAN como Alemania, Reino Unido, Estados Unidos o Turquía y, el resto a más de 50 estados, entre los que destacan los países Oriente Medio, muchos de ellos implicados en conflictos, como Arabia Saudí, Irak, Ucrania o Marruecos, y en no pocos casos acusados de violaciones de los derechos humanos. El volumen de negocio exportador ascendió a 4.052 millones de euros.