La familia de Francisco Franco tiene la intención de enterrar al dictador en la cripta de la catedral de la Almudena, en Madrid, si finalmente se procede a la exhumación de su cadáver del Valle de los Caídos.
Así consta en el escrito de alegaciones, al que ha tenido acceso la Agencia Efe, al acuerdo del Consejo de Ministros del 31 de agosto pasado que los nietos de Franco presentaron este viernes ante el Ministerio de Justicia, en el que se oponen a la exhumación del cadáver de su abuelo.
Sólo hay un problema: el Código de Derecho Canónico de 1983 no lo permite. Como ha señalado en Twitter el periodista de la Cadena Ser Isaías Lafuente, esas normas de la Iglesia establecen de forma literal en su canon 1492: «No deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice o de sepultar en su propia iglesia a los Cardenales o a los Obispos diocesanos, incluso eméritos».
La familia de Franco no ha debido de leerse el Código de Derecho Canónico, reformado en 1983. Lógico, por otra parte. Hay lecturas más apasionantes. Espero que el arzobispo de Madrid sí lo conozca. pic.twitter.com/wSEW1rmTnB
— Isaías Lafuente (@IsaiasLafuente) 1 de octubre de 2018
Entonces, ¿ya está? ¿Es imposible que Franco sea enterrado en La Almudena? Eso ya es otro cantar. Aunque el Derecho Canónico lo prohíbe, sólo hay que dar un paseo por cualquier catedral para ver que allí reposan los restos de muchas personalidades.
El Mundo recogía en un artículo de 2001 que, contra la eclesial, unas 100 familias tienen o han pagado el derecho a ser enterrados en templos. En La Almudena las sepulturas se ‘solicitan’ con ‘donativos’ de 20 millones de las antiguas pesetas.
En ese mismo artículo se señalaba que la Iglesia no habla de buena gana de estos privilegiados. «Cuando lo hace, es para decir que se trata de excepciones», se afirmaba. Y El Mundo descubrió que en 2001 había todavía en gran parte de las diócesis españolas familias nobles con privilegio de enterramiento en sagrado.
«En la archidiócesis de Madrid parece haberse optado por el camino contrario: el de crear, a cambio de dinero, una nueva aristocracia funeraria de familias con grandes fortunas», se aseguraba antes de añadir: «El colmo de la especulación inmobiliario-funeraria se alcanza en la cripta de la catedral de La Almudena de Madrid, donde ya se han vendido unas 70 tumbas».
Fuente:Huffingtonpost