Una chica de 18 años acudió el pasado 8 de septiembre a las 12:30 a la comisaría de Policía de Arganzuela. Quería denunciar el robo de su teléfono móvil, el cual le habían sustraído sin darse cuenta. La joven llegó llorando y nerviosa. Lo que no sabía es que iba a abandonar el lugar peor de lo que entró.
Tras esperar su turno para ser atendida en la Oficina de Atención al Ciudadano, finalmente la atendió un agente. Sin embargo, la aparente amabilidad del policía escondía otras intenciones más que la de ayudar a la ciudadana. Según el testimonio de la víctima, este la guió hasta los vestuarios, donde la abrazó, le tocó las nalgas por encima de la ropa y finalmente trató de besarla.
La joven consiguió huir del funcionario y abandonó el edificio rápidamente. Horas después, tras haber hablado con algunos de sus familiares sobre lo sucedido, volvió con ellos, esta vez para denunciar al hombre por los supuestos abusos sexuales a los que la sometió. Acto seguido, La Unidad de Familia y Mujer (UFAM) del Cuerpo Nacional abrió una investigación, el agente fue detenido y se le abrió un expediente disciplinario.
«La comisaría de policía de Arganzuela»
Cuando finalmente fue puesto a disposición judicial, el magistrado de turno no adoptó ningún tipo de medida cautelar contra el acusado. De hecho, el expediente quedó suspendido hasta que el juicio se resuelva por completo, por lo que el agente sigue ocupando su puesto de trabajo, aunque ha sido apartado de la atención al público.
La Ley de Régimen Disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía
Según establece la Ley 4/2010 del 20 de mayo de Régimen Disciplinario del Cuerpo Nacional de Policía, un funcionario no puede ser sancionado dos veces por un mismo hecho. Esta norma de dudosa lógica también se aplica en el caso de otros colectivos profesionales públicos como jueces, militares, etc.
Por lo tanto, el siguiente paso consiste en esperar hasta que se celebre la vista oral que decidirá el futuro del policía. Aunque parezca sorprendente que siga ejerciendo su profesión con normalidad, la vía penal y la del régimen disciplinario, desgraciadamente van a la par. Hasta que no exista una sentencia judicial firme que lo declare culpable, el agente no será obligado a abandonar su puesto de trabajo como funcionario.