Vivo de alquiler, como tantas otras personas de mi generación, incapaces de comprar una vivienda por culpa de los precios imposibles que llevamos sufriendo desde hace casi 20 años, y por culpa de los bajos salarios que dificultan o directamente impiden ahorrar el famoso 20% + gastos que necesitas tener para comprar una vivienda. Así que llevo 15 años viviendo de alquiler con mi pareja, incapaces de comprar nada. El Mercado así lo ha decidido.
Dentro de poco caduca nuestro contrato de alquiler vigente, y ya nos han comunicado el nuevo precio, con una subida de 450€/mes a 650€/mes. Ni podemos ni queremos pagar semejante barbaridad por un piso que no está precisamente nuevo o en perfecto estado. Vivo en Valencia ciudad, un lugar donde los precios ya han enloquecido de forma parecida a Madrid o Barcelona, así que las opciones para alquilar algo medianamente decente y por un precio civilizado no existen. El Mercado ha hablado.
Sólo nos queda irnos a algún pueblo de la provincia, donde sí que se encuentran viviendas asequibles. Y aún vamos a tener suerte, porque desde hace poco trabajo en remoto, lo que nos permite abrir el abanico respecto a la localización.
Pero mi hijo ya no vivirá donde vivió su padre. No tendrá cerca de casa los parques y los lugares que yo tuve en mi infancia. No tendrá a sus abuelos cerca. No irá a la guardería que ya habíamos escogido para él. Cuando le hable de la historia de Valencia será «mi» ciudad, no «nuestra» ciudad. Su futuro no será el que teníamos planeado para él, será otro diferente, probablemente bueno, pero no el sus padres querían.
Que te follen, Mercado.
Siempre he sido básicamente de izquierdas, probablemente porque me educaron en la solidaridad y la amabilidad hacia los demás. En un colegio de curas, nada menos. Ahora «El Mercado» ha jodido el futuro de mi hijo, y como cualquiera debería saber, pocas cosas hay más peligrosas que joder al hijo de alguien. Así que enhorabuena, ahora hay un radical de izquierdas más en España. O dos, ya que esa es la educación que daré a mi hijo.
Un saludo.
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