Varias asociaciones de inmigrantes y de usuarios de la sanidad han presentado un escrito ante la Fiscalía para que investigue la muerte de una inmigrante de origen boliviano por si se produjo un delito de «negligencia médica» y de «omisión del deber de socorro».
El escrito, en el que también se apunta que en la falta de atención también pueden existir «indicios racistas», está suscrito por la Asociación Civil Jarit, de la que la fallecida era usuaria, Movimiento contra la Intolerancia, la entidad Sariri y la Associació Valenciana d’Usuaris de la Sanitat.
La mujer falleció el pasado 20 de febrero después de cinco días en los que pasó por diversos centros sanitarios en los que se le diagnosticó un «dolor de garganta» y los servicios de urgencia rechazaron en dos ocasiones atenderla en su domicilio «por un simple constipado», según consta en la denuncia.
Una semana antes de su muerte, la mujer acudió al centro de salud del barrio de Ruzafa, en la ciudad de Valencia, donde no fue atendida con el argumento de que su tarjeta sanitaria «no tenía validez», lo que según los denunciantes no es cierto, ya que simplemente estaba «deteriorada».
Dos días después acudió a urgencias del Hospital Clínico, donde se le diagnosticó un «dolor de garganta» y se le remitió a su médico de cabecera para que le hiciera el seguimiento; pero al no encontrarse mejor al día siguiente volvió a acudir a este centro hospitalario, donde le explicaron que su centro de referencia era el Doctor Peset y le advirtieron de que si volvía «le cobrarían».
Su estado de salud, siempre según la denuncia, continuó empeorando hasta que comenzó a «toser sangre», ante lo que su esposo intentó recibir asistencia domiciliaria que le fue denegada «indicándosele que dicho servicio no se efectuaba por un simple resfriado».
Tras visitar a su médico de cabecera en el centro de salud de Ruzafa, que le mantuvo el mismo tratamiento que le habían dado en el Clínico, la mujer siguió empeorando, por lo que su marido volvió a pedir asistencia domiciliaria que le fue denegada tanto a él, como a su jefe, que acudió a su domicilio para intentar ayudarle.
Ante la falta de respuesta llamaron a la Policía Local y a los servicios de urgencia, «los cuales acudieron a dicho domicilio tras dos horas aproximadamente desde que se produjo la primera llamada de socorro, comprobándose que la mujer ya había fallecido».
Los denunciantes consideran que de los hechos relatados se pueden deducir un delito de negligencia médica y otro de omisión del deber de socorro con causa de muerte y añaden que el hecho de que la mujer fuera inmigrante hizo pensar a los servicios médicos que carecía de tarjeta sanitaria, lo que evidencia «indicios racistas» en su conducta.
Asimismo, concluyen que lo sucedido ha sido «una terrible consecuencia» del real decreto, «que excluye a personas migrantes en situación irregular de la atención sanitaria, lo que supone una violación de los derechos fundamentales de las personas, así como un agravamiento de la situación de vulnerabilidad y desprotección de este colectivo».
El coordinador de Jarit, Emilio Sánchez, ha explicado a EFE que además de denunciar el caso particular de esta mujer, lo que pretenden con esta denuncia es advertir de la nueva normativa estatal, que favorece el que cada vez los inmigrantes tengan «menos derechos», lo que puede acarrear «más muertes».
La Conselleria de Sanidad, consultada por EFE sobre este asunto, han explicado que de momento no tienen constancia de esta denuncia, pero han asegurado que colaborarán con la Fiscalía aportando toda la información que le pueda ser requerida.
En todo caso, confirman que existen diversas atenciones sanitarias a esta mujer y que así están registradas en su historia clínica con las pruebas clínicas realizadas, su diagnóstico y prescripción de la medicación correspondiente.
Asimismo, señalan que el día de su fallecimiento se trasladó a su domicilio un médico de atención primaria ante la llamada solicitando atención urgente, y ante los problemas respiratorios de la fallecida solicitó un SAMU que intentó su reanimación sin éxito.
Fuente: El Levante