Aquellos que cumplan la mayoría de edad en la actual década (los que en 2013 tenían entre 13 y 23 años) tienen ante sí el desafío del paro y la precariedad laboral, poco importa dónde hayan nacido. En su informe sobre las próximas amenazas mundiales el Foro Económico de Davos se pregunta por el futuro de unos jóvenes con menores oportunidades de empleo y costes crecientes en educación.
Así, recalca que en los países desarrollados, dos tercios de los jóvenes no alcanzan su potencial económico. También recuerda, que más del 50% de los jóvenes de algunos países desarrollados (como España) buscan trabajo, y de que crece el trabajo sumergido, en los países en vías de desarrollo donde vive “más del 90% de la juventud del mundo”.
Factores que ponen en peligro su futuro. No pueden ahorrar, ni adquirir experiencia profesional que les permita construir una carrera. Son generaciones llenas de ambición que se “sienten desconectadas de la política”, recalca el informe.
Así, en los países desarrollados, pagan “el legado de la crisis financiera y la lenta recuperación”.
El Foro también pone en cuestión sistemas educativos que son cada vez más caros y tienen una “recompensa dudosa”. Un factor que pone en peligro “la cohesión social” y puede suponer la pérdida permanente de potencial humano y económico.
Y es que “muchos de los graduados actuales están descubriendo que a pesar de sus calificaciones académicas (a menudo adquirida con gastos significativos) que carecen de los conocimientos técnicos y profesionales exigidos por el siempre cambiante mercado de trabajo”.
“Una respuesta obvia a este problema es reformar el modelo tradicional de las universidades académicas dirigidas a las clases medias, en las economías avanzadas, para que se ponga más énfasis en la educación y la formación profesional”, apuntan en el estudio.
Sin embargo los expertos también citan “ejemplos alentadores” como son el Plan de Acción Nacional de Serbia para el empleo juvenil, citado como un modelo por el Consejo de Europa, y el programa de prácticas alemán, que ha ayudado a reducir la tasa de desempleo juvenil a menos de la mitad de la media europea.
No todo está perdido. Hay caminos trazados que pueden mitigar el problema como ocurrió en Serbia y Alemania. Y además, esos jóvenes tienen mucho de su parte en su carácter. Los expertos de Davos los describen como realistas, adaptables y versátiles.