Les universitats privades son empreses i, per això, intenten treure el màxim benefici possible de la seua activitat. Un dels llocs per treure diners, apart de les estratosfèriques tases de matrícula, és l’Estat, i és per això que han recurrit davant del tribunal superior el fet de que no se li destinen diners de la Generalitat, diners públics. Aquesta acció deixa en stand by els diners públics que han de destinarse als i les estudiants valencianes, i que no podran ser entregats fins que es resolga la trifulca judicial, diners que ja habitualment arriben ben tard a l’estudiantat.
Des de la federació del Front d’Estudiants de València volem expressar que:
1. Estem totalment en contra de la destinació de fons públics per a les universitats privades, mentre les públiques es deterioren, estan en mal estat, retallen en PAS i PDI i eliminen graus i places.
2. Exigim que la universitat pública oferte les places suficients i totes les carreres per a que cap jove es veja obligat a matricularse en la privada, gastan els diners de les seues families en l’educació que l’Estat hauria de costejar-nos.
3. Denunciem que els diners per a bèques de tants i tantes joves puga bloquejar-se d’aquesta manera pel sol recurs judicial d’una empresa privada.
4. Animem als i les estudiants de les universitats privades a organitzar assemblees i seccions sindicals també a les seues facultats, enfortint la lluita per una educació gratuïta i de qualitat, on el preu i la qualitat educativa no depenguen de si es tracta d’una universitat privada o pública, sino que ambdós factors estiguen assegurats: gratuïtat i qualitat.
Federació de València del FdE – 28 d’Agost del 2016
Estudiar medicina en la pública requiere 12,7 de nota media y pagar 1.500 euros. En la Católica, basta con tener un 5 y 10.000 euros anuales, con lo cual la pregunta es a quién le debemos dar las becas.»¿No será que se quiere subvencionar la mediocridad de la pública?, pregunta tranquilamente cierta gente más que malintencionada. Hombre, diría que es justo al revés, se quiere becar la mediocridad de ciertos alumnos y de cierta enseñanza. Y, por cierto, considérese que los chicos que estudian en la Católica proceden de colegios idem, católicos, otra cosa sería inconcebible, por lo que ese 5 con el que entran ya llega inflado, dado que el inflar las notas de estos niños para que puedan competir con las de los alumnos de la publica es sistemático y antiguo. ¡Y ni aun así! Pero a los chicos «de a pie», a los que obviamente nadie les ha inflado la nota -esa injusticia, esa falta de ética de premiar al peor para que trate de competir con quien se ha dejado los codos- ¡se les exige un 12.5! Primera abismal diferencia. Si esos estudiantes de Medicina han de pagar 10.000 euros, ¿por qué solo paga 1500 el de la Pública? Porque, a grandes rasgos -aunque sepamos que una parte del coste de los estudios lo pagamos todos a modo de inversión- la iglesia, en realidad, no monta lugares o centros de estudio, monta empresitas y negocios, esas becas vienen a ser como bipagos (eufemismo). Segunda abismal diferencia: Y, además, ¿se debe becar a alumnos que, por sus pésimas notas, tienen que dirigirse a la Católica para cursar ¡nada menos que MEDICINA!, para en su momento ocuparse de gente enferma o muy enferma? Consideración nada baladí. ¿Hay diferencia entre el profesor de una y otra «Facultad»? En términos generales, la misma que entre el de Instituto y el de colegio privado. Estos son simples licenciados, aquellos, licenciados, muchos, con su doctorado y filtrados por un sistema de fuertes procesos selectivos, las oposiciones que aprueban obviamente los mejor preparados. Tercera abismal diferencia. En síntesis o a modo de colofón: gobiernos, ciudadanía, jueces, iglesia: ¡hasta aquí hemos llegado, urge separar «lo terrenal de lo celestial» de inmediato.
Lo privat sempre vol les ventages de lo public, sense intencio de pagarimpostos. Beneficis si no carregues.