La reforma de la ley turística aprobada por el Gobierno balear, y en vigor desde este martes, ha puesto un tope al alojamiento de visitantes en establecimientos turísticos legales. El techo de plazas ha quedado fijado en 623.624, de las que la mayoría 435.707— están en Mallorca y más de la mitad en manos de establecimientos hoteleros. El Gobierno multará con hasta 400.000 euros a las plataformas que no retiren los anuncios de pisos turísticos que pasan a ser ilegales.
El consejero de Turismo, Biel Barceló, de Més per Mallorca, considera que la medida servirá para “poner orden” en el sector tras los problemas surgidos a raíz del auge del alquiler turístico en pisos en los últimos años, que ha llevado a una masificación de las visitas. A pesar de que el techo de plazas se ha establecido en esas más de 600.000 en todo Baleares, el objetivo a largo plazo del Ejecutivo autonómico es ir reduciendo la oferta paulatinamente. El Gobierno de Francina Armengol se marca un decrecimiento de 120.000 en los próximos años.
La nueva normativa, que desde este martes es de aplicación en las islas, convierte en ilegales los pisos y apartamentos que hasta ahora eran alegales, que se ofertaban como turísticos y de corta estancia y no se sometían a la ley de arrendamientos. En la práctica, ahora mismo en Baleares solo está permitido alquilar a turistas un chalet, vivienda aislada o casa de pueblo que cuente con pertinente licencia de la Consejería que ya no autoriza nuevos permisos.